Tras la toma de Afganistán por los talibanes en agosto de 2021, la crisis humanitaria en el país alcanzó niveles sin precedentes. La imposición de restricciones al empleo y la educación de las mujeres agravó la difícil situación de las mujeres que son el sostén de la familia. Tras estas restricciones, innumerables mujeres quedaron desempleadas y tuvieron dificultades para cubrir las necesidades básicas de sus familias. Muchas recurrieron a la venta de enseres domésticos para llegar a fin de mes en medio de las terribles circunstancias.

De acuerdo con su principio fundamental del empoderamiento de las mujeres, la EPDO, con el apoyo de Peace Direct, implementó el proyecto Local Action Fund 1.0. Como parte de esta iniciativa, la EPDO extendió la ayuda humanitaria a los hogares encabezados por mujeres en cinco provincias. Esta asistencia, que incluía dinero en efectivo para usos múltiples, provisiones de alimentos y artículos no alimentarios, llegó a un total de 200 mujeres, lo que mejoró su resiliencia y bienestar.

La Sra. Salima Haidari, que reside en Bamyan (Afganistán), es madre de dos hijas. Su esposo falleció hace varios años, lo que la dejó en una situación financiera difícil. A pesar de sus incesantes esfuerzos, no ha podido conseguir un empleo para mantenerse a sí misma y a sus hijos.

«A pesar de soportar numerosas dificultades, he encontrado momentos de felicidad que me sostienen», comentó Salima, «pero a finales de 2021, mi hija de siete años, Laila, comenzó a presentar síntomas inusuales en la garganta. Antes estaba llena de vida y disfrutaba cada día a pesar de los obstáculos, pero todo dio un giro repentino. Durante nuestra primera visita al médico, recibimos el alarmante diagnóstico de epiglotitis, una afección que obstruye el flujo de aire a los pulmones y puede ser mortal».

«Fue un inmenso desafío para mí cuando ya tenía dificultades para proporcionar alimentos a mi familia, y luego recibí la devastadora noticia de la enfermedad que ponía en peligro la vida de mi hija», expresó Salima. Continuó: «La llevé al hospital varias veces con la esperanza de que se curara, pero mi situación económica impidió que tuviera éxito. El médico me informó de que la cirugía era necesaria, pero que solo podía realizarse en Kabul».

Con el dinero multipropósito que le proporcionamos a Salima, operó a su hija. «Gracias a la ayuda financiera proporcionada a través del proyecto, mi hija pudo ser operada por una enfermedad que ponía en peligro su vida, y estoy encantada de verla sana y sonriendo una vez más», expresó Salima.

A través del proyecto LAF, dos viudas decididas de la provincia de Nangarhar, apoyadas por su programa de ayuda humanitaria, superaron los obstáculos financieros y tomaron decisiones que les cambiaron la vida. Una de ellas abrió una pequeña tienda de conveniencia y ganaba 500 AFA por día. La otra compró un carrito de comida para su hijo desempleado, que ahora gana entre 100 y 200 AFA por día. Están entusiasmadas con sus decisiones y aspiran a expandir sus negocios, empoderar a más mujeres en la sociedad y crear oportunidades para otros.

El componente humanitario de LAF brindó un apoyo crucial a 200 mujeres vulnerables, muchas de las cuales eran las únicas proveedoras de sus familias y enfrentaban graves dificultades financieras. Al ofrecer ayuda inmediata y vías para el empoderamiento económico a largo plazo, se inició un ciclo de cambios positivos que enriqueció vidas y fortaleció a las comunidades

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